domingo, 30 de agosto de 2009

Una carrera de resistencia

Fuente: http://www.eluniversal.com/ Caracas, 3 de agosto de 2009
Habrá obstáculos, pero tras vencerlos se cumplirá el objetivo: cruzar la meta
Lo que se celebrará el domingo próximo en el parque nacional El Ávila sintetiza la realidad nacional. Se trata de una carrera de resistencia. De un evento en el que la disciplina, la constancia, el entrenamiento, el ánimo, las ganas de luchar y trazarse metas, la voluntad, el coraje, y otras tantas características del venezolano estarán presentes. Veintisiete kilómetros se dicen muy fácil, pero recorrerlos amerita de trabajo previo, de alimentación, de hidratación, de entrenamiento metódico. No hay atajos, pero si firme decisión de cruzar la meta. Para llegar a la cita internacional del 9 de agosto en El Ávila, no han sido sencillos los pasos. Obtener la venia foránea, para que la inspiración de Cabré sirviera como escenario del campeonato mundial de carreras de montaña requirió de mucho esfuerzo. A Dios gracias, la participación constante y resonante de los venezolanos, en especial Tanya Pacheco, en las válidas europeas de este circuito fue determinante. Convencer a los de casa fue, paradójicamente, más difícil. Nadie, ni entes públicos ni privados, creyeron en el proyecto. Por lo que el ingenio y la decisión fueron las únicas armas con las que Pacheco y sus voluntarios contaron para llevar adelante este desafío. Recolectas entre los habituales competidores de carreras locales y cuatro jornadas intensas de limpieza por la extenuante ruta que recorrerán los participantes, son un ingrediente de éxito, que devela -además- un sentido de compromiso. Se trata de correr al cielo. Metáfora de incalculable valor, en una sociedad donde el esfuerzo pierde sentido ante el abuso, donde la preparación cede frente al atropello cada vez mayor. La carrera de montaña que se celebrará el domingo, lejos de ser un desafío para seres excepcionales, dotados con una resistencia sin igual, debe ser un ejemplo a seguir para aquellos que aún no han comprendido el valor de las pequeñas cosas, hechas con dedicación, aun cuando requieran de empeño, práctica, unión, y cero distracciones. En la vida, como en las canchas, como en la montaña, nada se obtiene gratuitamente, todo exige una entrega. Por ello, la meta, tras los 27 kilómetros, será la recompensa a la decisión de creer pese a los obstáculos, será un triunfo compartido por muchos que lo hicieron posible, aunque sólo uno, por su habilidad y destreza, alce los brazos en señal de victoria.

No hay comentarios: