martes, 16 de febrero de 2010

Invasores se adueñan de terrenos adyacentes a la Metropolitana

Fuente: www.eluniversal.com Caracas, 16 de febrero de 2010 Migdalis Cañizáles
Los ranchos los venden entre BsF 25 y 30 mil a la salida de la ciudad
En el último mes los ranchos en la autopista Petare-Guarenas llegaron a la rampa de la Universidad Metropolitana en ambos lados, sin que los oficiales de la Guardia Nacional, que están a cargo del resguardo y vigilancia de esta vía hagan algo para frenar estas nuevas ocupaciones ilegales. Según denuncian los conductores que a diario circulan por este tramo, se han instalado entre finales de diciembre y principio de año, más de 20 ranchos de tablas y zinc justo en la rampa que comunica con la Unimet. Emilia Rangel, quien reside desde hace tres años en el barrio Gran Mariscal de Ayacucho que está detrás de la terminal de oriente, revela que "los invasores nuevos son los que tienen casa aquí y están haciendo negocio con esos ranchos; los venden entre 25 a 20 mil bolívares fuertes. Ellos nos están perjudicando más porque no se conforman con la casa que tienen aquí. Sabemos que somos unos invasores, pero es que todos los barrios de Caracas se poblaron así ". Según denunció, a principios de año la Policía Metropolitana detuvo a 8 personas que estaban encabezando estas invasiones, "pero eso no ha parado el levantamiento de ranchos, diariamente se instalan hasta dos casas nuevas". Admitió que en el barrio Gran Mariscal de Ayacucho, donde se han levantado 230 viviendas, son de familias que perdieron sus casas en el barrios San Isidro, en la Carretera Vieja. Nos cansamos de esperar que nos dieran viviendas y por eso invadimos". Según relata, ya este barrio cuenta con servicio de agua potable, a través de una conexión que tienen mediante una manguera directamente de una quebrada del Parque Nacional El Ávila. "Nosotros mismos recolectamos 200 bolívares fuertes por cada casa y compramos la manguera, y así hicimos con las tuberías de aguas negras". En cuanto al servicio de luz, reconoció que están conectados de un poste ubicado cercano a la terminal de oriente. En el otro barrio que se instaló en lo que era el retiro vial de la autopista, llamado Vista al Ávila, viven unas 500 familias, y tienen también diez años en el sector. De los ranchos han pasado a quintas de dos y tres pisos con todos los servicios. Terminal rodeado Esta situación ha afectado el funcionamiento de la terminal de oriente, según aseguró Luis Abreu, directivo de una de las 36 empresas de transporte que prestan el servicio de rutas interurbanas. Denunció que estas invasiones han generado fallas del servicio de agua y luz. También comentó que han aumentado los índices de inseguridad en la terminal."Diariamente vemos a personas ajenas a la terminal merodeando por las instalaciones y ahora no tenemos ni siquiera la vigilancia de Polisucre porque es la Guardia Nacional la que se ocupa de la seguridad y nunca está cuando la necesitan". Los mismos trabajadores de la empresa estatal de transporte Sitssa, que ahora está a cargo de la terminal de Oriente, han tratado de dialogar con los invasores pero en una oportunidad los sacaron del barrio amenazados con dispararles con pistola.

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