Marín señala que los jóvenes ya no quieren ser agricultores
Fuente: http://www.eluniversal.com/caracas/130916/cuando-pise-galipan-me-arrodille-y-jure-no-dejarlo-nunca Caracas, 16 de septiembre de 2013
En 1940 vivían en la comunidad 16 familias y hoy alcanzan las 1.500
Andrés Marín gestiona con sus hijos la posada y restaurante Hacienda Vieja, famosa por su vista a El Picacho y a La Guaira. Nació en San Francisco de Macaira, en Guárico, y luego de un recorrido lleno de esfuerzos y trabajo se fue a Galipán.
-¿Cuando usted llegó cómo era el pueblo?
-Había 16 familias, y ahora alcanzan las 1.500. La familia Sanabria me acogió cuando apenas tenía 15 años y llegué caminando desde Cotiza. Vine a pedir trabajo y me dieron cobijo, porque el frío era increíble. ¡Había panelas de hielo en la montaña, y las íbamos a buscar en la mañana porque con el sol se derretían!
-¿Y cómo se enteró que podía vivir en Galipán?
-Conocí al galipanero Juan Sanabria cuando vendía flores de Izcaragua en los mercados de Chacao y Petare. Él me dejó su dirección y después de que me enfermé de un dedo y perdí los puestos y el dinero que tenía, me decidí a tocar esta puerta. Trabajé con esmero y me dediqué a la siembra de flores y hortalizas.
Cuando pisé Galipán y vi las flores y esos árboles tan llenos de duraznos que casi tocaban el suelo, me arrodillé y juré no dejarlo nunca.
- ¿Cómo ve ahora al pueblo?
- La juventud ya no quiere trabajar la tierra. Con el turismo hay dinero fácil, y la agricultura representa trabajo. Nosotros nos dormíamos a las siete de la noche y a las cuatro ya estábamos parados cortando el monte para las mulas. Íbamos con un machete y un cuchillo al que le decían "boliviano" en la cintura.
evasquez@eluniversal.com
-¿Cuando usted llegó cómo era el pueblo?
-Había 16 familias, y ahora alcanzan las 1.500. La familia Sanabria me acogió cuando apenas tenía 15 años y llegué caminando desde Cotiza. Vine a pedir trabajo y me dieron cobijo, porque el frío era increíble. ¡Había panelas de hielo en la montaña, y las íbamos a buscar en la mañana porque con el sol se derretían!
-¿Y cómo se enteró que podía vivir en Galipán?
-Conocí al galipanero Juan Sanabria cuando vendía flores de Izcaragua en los mercados de Chacao y Petare. Él me dejó su dirección y después de que me enfermé de un dedo y perdí los puestos y el dinero que tenía, me decidí a tocar esta puerta. Trabajé con esmero y me dediqué a la siembra de flores y hortalizas.
Cuando pisé Galipán y vi las flores y esos árboles tan llenos de duraznos que casi tocaban el suelo, me arrodillé y juré no dejarlo nunca.
- ¿Cómo ve ahora al pueblo?
- La juventud ya no quiere trabajar la tierra. Con el turismo hay dinero fácil, y la agricultura representa trabajo. Nosotros nos dormíamos a las siete de la noche y a las cuatro ya estábamos parados cortando el monte para las mulas. Íbamos con un machete y un cuchillo al que le decían "boliviano" en la cintura.
evasquez@eluniversal.com
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