Después del deslave de Vargas de 1999 surgieron muchas ideas para tratar de prevenir las consecuencias de los desastres naturales El Nacional
Fuente: http://www.el-nacional.com/ Caracas, 10 de diciembre de 2011 Ariana Guevara Gómez
Nunca se ejecutó el plan de prevención destinado a evitar la repetición de la tragedia de 1999
Nunca se ejecutó el plan de prevención destinado a evitar la repetición de la tragedia de 1999
Es cierto que no hay manera de evitar las lluvias o cualquier otra manifestación de la naturaleza, pero lo que sí pueden reducirse son los daños que se presentan después.Después del deslave de Vargas de 1999, del que están a punto de cumplirse 12 años, surgieron muchas ideas para tratar de prevenir las consecuencias de los desastres naturales, especialmente por fuertes precipitaciones. Una de ellas fue la Estrategia Nacional para la Reducción de Riesgo de Desastre en el Desarrollo, que no se terminó de ejecutar y que cobra vigencia con la crisis actual por las lluvias.Un documento escrito por Alicia Moreau y Virginia Jiménez Díaz en 2010, contenido en el libro Lecciones aprendidas del desastre de Vargas, indica que la estrategia nacional tenía la finalidad de realizar proyectos en el país para reducir los impactos socioeconómicos de los desastres naturales. Se trataba de un plan de prevención y mitigación de riesgos.El texto indica que el plan estaba a cargo del Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar. "Posteriormente, debido a la sustitución de autoridades en el Ministerio del Ambiente y el instituto geográfico, se cambian las prioridades y se detiene el avance del proyecto". Más adelante se señala que el Plan Nacional de Elaboración de Mapas de Riesgo necesario para conocer los puntos vulnerables no se ejecutó por falta de recursos.Carlos Genatios, ex ministro de Ciencia y Tecnología y ex coordinador de la Autoridad Única del Estado Vargas, dice que mientras estuvo en el despacho ministerial propuso una agenda de prevención. Sin embargo, después del cambio de autoridades, no se siguió el proyecto. "Puedo estar equivocado y no tengo grandes certezas, pero yo creo que no se ha aplicado un plan nacional.De ese tema casi no se habla", señala.José Luis López, investigador del Instituto de Mecánica de Fluidos de la Universidad Central de Venezuela y editor del libro, aclara que en Caracas y Vargas no existe un plan de riesgos. "Lo que sí hay es un plan de ordenamiento para el estado Vargas", indica.López señala que una estrategia de ese tipo debe tener metas a corto, mediano y largo plazo. En lo inmediato, dice, se deben actualizar los estudios para determinar las zonas más vulnerables frente a deslizamientos, por ejemplo; también hacer mantenimiento en las presas de los cursos de agua. A largo plazo se debería planificar la construcción de otras represas que controlen los desbordamientos, formar personal especializado y educar a la comunidad.Una necesidad específica es realizar investigaciones para determinar cuál es el nivel de agua que representa peligro para una localidad. "Cuando se ha acumulado mucha lluvia durante un tiempo largo se puede producir el colapso.Para saber eso, se debe contar con herramientas que no se han desarrollado. Nosotros indicamos esos umbrales críticos en Catia La Mar, pero hace falta hacer los estudios para Caracas", dijo López.Trabajos necesarios. Una de los puntos que debe llamar la atención es el control de los cursos de agua en el cerro Ávila, para garantizar la gestión de riesgos del Distrito Capital y Vargas. El Instituto de Mecánica de Fluidos de la UCV participó en estudios que se realizaron después del deslave de Vargas, para determinar áreas vulnerables a inundaciones y aludes torrenciales sin incluir deslizamientos de tierra.En el estudio se determinaron las zonas más amenazadas por las quebradas de esa montaña que se reseñan en el libro editado por López: asentamientos informales al norte de Catuche y Anauco, San Bernardino, Candelaria, Parque Carabobo y Bellas Artes, áreas altas de La Castellana y Altamira, y urbanización Terrazas del Ávila.López dice que, como parte de la reducción de riesgos en la zona, se han construido seis presas en Cotiza, Anauco y Catuche, pero son insuficientes."Yo creo que en el valle de Caracas se necesitan entre 40 y 50 presas de recolección de sedimentos", apunta.
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