Foto o fotomontaje del avión supersonico el Concorde, Francés y al fondo El Avila, que se cree sobrevoló Caracas
martes, 29 de noviembre de 2011
jueves, 3 de noviembre de 2011
Aumentan los indigentes que toman El Ávila como hogar
Los indigentes atraviesan la Cota Mil a cualquier hora para movilizarse hacia la ciudad. Debajo de los puentes, en los distribuidores, han construido sus habitaciones permanentes y ponen hasta el nombre del inquilino. Han hecho caminos en el cortafuego, que también lo habilitan como dormitorio. Los retiros viales los han ocupado para quemar los cables y sacarles el cobre que luego lo venden en el mercado, según admitieron funcionarios de PNB FOTOS VENANCIO ALCÁZARES
Fuente: www.eluniversal.com Caracas, 20 de octubre de 2011 MIGDALIS CAÑIZÁLEZ V.
En los últimos nueve meses ha proliferado el número de indigentes en el Parque Nacional El Ávila. No solo pernoctan en las faldas de la montaña sino en los puentes y retiros viales de la avenida Boyacá, específicamente entre el tramo de La Castellana y el distribuidor Baralt. Los vecinos de los bloques de Simón Rodríguez, ubicados en el sector Maripérez, ven desde sus ventanas a los ocupantes ilegales que han hecho ranchos con cartones, e incluso, tienden la ropa entre los árboles. "Se ven como 10 ranchos, y no solo hay hombres, también hay mujeres que se levantan muy temprano, atraviesan la Cota Mil y bajan por Maripérez", afirmó José Pacheco, quien reside en uno de los bloques. La situación genera un serio problema de inseguridad, y los conductores temen quedarse varados en el hombrillo se sufren algún problema mecánico, sobre todo en la noche. Cristina Vaamonde, directora de la Asociación Civil Una Montaña de Gente, denunció que esta situación se ha agudizado en el parque nacional por falta de vigilancia y control por parte de la Guardia Nacional. "En el parque hay tres tipo de modalidades de invasiones: los indigentes que pernoctan todas las noches y han hecho casas improvisadas; los que solo acuden para consumir drogas y bebidas alcohólicas y las parejas que utilizan ciertos parajes del parque como hotel", afirmó. Los sectores que han sido invadidos son: Boleíta, La Castellana, Chacaíto, La Florida, Maripérez, San Bernardino y el distribuidor Baralt. Sin embargo, aclaró que todas las 25 entradas al parque nacional son vulnerables y se hace un daño ecológico difícil de evaluar en El Ávila. Admite que el déficit de 70% del presupuesto que registra Inparques ha afectado el trabajo de los guarparques que tiene el parque nacional. "Ellos no cuentan con equipos de radio para comunicarse, no pueden tener armamento y por motivos de seguridad no pueden denunciar este tipo de situaciones ilegales", señaló Vaamonde. Esta invasión de lateros viene desde hace años, en 1999 las autoridades de Inparques contabilizaron 80 indigentes que frecuentaban el parque. En 2006, cuando fue creada la Misión Negra Hipólita, se instaló un centro a la orilla del parque para recuperar a estas personas, pero dicha misión operó por poco tiempo.
En los últimos nueve meses ha proliferado el número de indigentes en el Parque Nacional El Ávila. No solo pernoctan en las faldas de la montaña sino en los puentes y retiros viales de la avenida Boyacá, específicamente entre el tramo de La Castellana y el distribuidor Baralt. Los vecinos de los bloques de Simón Rodríguez, ubicados en el sector Maripérez, ven desde sus ventanas a los ocupantes ilegales que han hecho ranchos con cartones, e incluso, tienden la ropa entre los árboles. "Se ven como 10 ranchos, y no solo hay hombres, también hay mujeres que se levantan muy temprano, atraviesan la Cota Mil y bajan por Maripérez", afirmó José Pacheco, quien reside en uno de los bloques. La situación genera un serio problema de inseguridad, y los conductores temen quedarse varados en el hombrillo se sufren algún problema mecánico, sobre todo en la noche. Cristina Vaamonde, directora de la Asociación Civil Una Montaña de Gente, denunció que esta situación se ha agudizado en el parque nacional por falta de vigilancia y control por parte de la Guardia Nacional. "En el parque hay tres tipo de modalidades de invasiones: los indigentes que pernoctan todas las noches y han hecho casas improvisadas; los que solo acuden para consumir drogas y bebidas alcohólicas y las parejas que utilizan ciertos parajes del parque como hotel", afirmó. Los sectores que han sido invadidos son: Boleíta, La Castellana, Chacaíto, La Florida, Maripérez, San Bernardino y el distribuidor Baralt. Sin embargo, aclaró que todas las 25 entradas al parque nacional son vulnerables y se hace un daño ecológico difícil de evaluar en El Ávila. Admite que el déficit de 70% del presupuesto que registra Inparques ha afectado el trabajo de los guarparques que tiene el parque nacional. "Ellos no cuentan con equipos de radio para comunicarse, no pueden tener armamento y por motivos de seguridad no pueden denunciar este tipo de situaciones ilegales", señaló Vaamonde. Esta invasión de lateros viene desde hace años, en 1999 las autoridades de Inparques contabilizaron 80 indigentes que frecuentaban el parque. En 2006, cuando fue creada la Misión Negra Hipólita, se instaló un centro a la orilla del parque para recuperar a estas personas, pero dicha misión operó por poco tiempo.
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