miércoles, 12 de octubre de 2016

Laura Sardi El Avila digital

Silueta del Avila por Laura Sardi
Hacia Mariperez por Laura Sardi
Autopista de Soto
Altamira
La artista disenadora e ilustradorea utiliza la tecnica de el dibujo a mano y el color es digital para luego pasarlas a papel fotografico y sacar copias.

Carolina Galia ilustradora de El Avila

Fuente: http://comunicacioncontinua.com/comunicarte-carolina-galia-la-ilustradora-del-avila/ 
La diseñadora e ilustradora Carolina Dalia realiza dos versiones de pinturas, en una utiliza la técnica de creyones sobre opalina y la otra tinta y marcadores sobre opalina. Sus obras ya son conocidas en España, Inglaterra y otros países. Resalta en sus obras el colorido y la geometría.

Jose Bonilla Bonilla fotografo y artista de El Avila

Fuente: http://www.josebonilla.com.ve/fotografia.html
José Bonilla es un montañista amante de la naturaleza, la cual plasma en sus fotografías de corte panorámico para luego agregarles, pero ahora bajo su punto de vista, la tridimensionalidad mediante planos fotográficos seccionados a lo largo de las diversas formas derivadas de la fotografía.
“ El tomar un morral y caminar hasta el cansancio para alcanzar metas propuestas es mi mayor alegría, y si a esto le uno mis otras pasiones como lo son la fotografía y el trabajo plástico, logro agrupar un conjunto de cualidades que me permiten realizar fotografías intervenidas de los mas bellos paisajes de mi país y el mundo.
El segundo proceso creativo viene cuando comienzas a descubrir formas de las que no te habías percatado al momento de tomar la fotografía, es todo un nuevo mundo para descubrir para luego darle el relieve a la foto para lograr perspectiva en la obra terminada.

domingo, 9 de octubre de 2016

Despejan el antiguo camino que unía a Naiguata con Caracas

Pico de Naiguata.
Rocas en la Fila del Pico Naiguata.
Fuente: http://patrimoniodevargas.blogspot.com/2012/09/despejan-el-antiguo-camino-que-unia.html  3 sept. 2012 Artículo editado por : Whylmhar Daboín Referencia: Diario El Universal

            El camino más emblemático del Ávila, el más duro e intrincado, el que representa todo un reto no solo a la forma física del excursionista sino también a su sentido de la ubicación, fue finalmente reabierto más de una década después de haber sido transitado por última vez.
La ruta que va desde el pueblo de Naiguatá hasta el pico Naiguatá y que en apenas trece kilómetros asciende 2.765 metros, fue rescatada luego de seis viajes que en dos meses realizaron miembros del Centro Excursionista Caracas (CEC). Antes que ellos, varios grupos se habían estrellado en el intento, pues el deslave de 1999 casi lo desapareció del mapa y ahuyentó a los usuarios, por lo que casi la totalidad de la ruta había sido ganada por el monte y la vegetación espinosa (cujíes, jalapatrás y cardones). "Es increíble la velocidad con que crece la vegetación en ese terreno, y todavía no podemos hablar de que exista un sendero. Lo que hay es una trocha que hemos abierto a punta de machete", explica Eloy Boulon.

       Y aunque el camino se ha señalizado todo lo que han podido por medio de balizas (en este caso pedazos de plástico anaranjado y blanco en forma de diamante que se unen a viejos trozos de cinta y de aluminio, muchos de los cuales tienen hasta treinta años allí), los miembro del CEC advierten que no es una ruta que pueda hacer cualquiera: primero que nada hay que tomar en consideración que solo subir toma entre 16 y 18 horas para alguien bien entrenado, por lo que se requieren dos días para hacerla ida y vuelta. En el camino, además, no hay tomas de agua, y bajar hasta el río Mata de Plátano para buscarla y volver a subir son dos horas más.
       Sin embargo, a pesar de todo esto y de las vicisitudes de un camino que baja y sube, atraviesa dos grandes deslaves, tiene túneles espinosos, estrechos pasos de bambú y tramos empinadísimos como la subida del Mono, lo mas difícil de toda esta ruta es saber ubicarse. El peligro de perderse está siempre latente, y los miembros del CEC desaconsejan intentar este camino a personas que no tengan mucha experiencia y mucho sentido de la ubicación. En este sentido, el peor trecho es el que está entre Topo Las Llavies y el propio pico Naiguatá.    Manuel Fraga, director de excursiones del CEC, cuenta que gran parte del crédito por haber reabierto este camino lo tiene John Duggan, quien hizo esta ruta más de cuarenta veces antes del deslave ha dado nombre a casi todos los puntos de esta ruta y que se vino desde México (donde vive) solo para llevar adelante esta tarea.

       William Quintero es uno de los excursionistas que varias veces había intentado, sin éxito, despejar el camino. Junto a un grupo de amigos lo intentó en 2003, 2004, 2008 y también en 2011. Pero siempre la montaña había ganado la batalla. 

Ahora la idea es que el camino sea transitado hasta que se convierta en un camino de verdad de tanto ser pisado. El CEC comenzará a hacer excursiones cada vez más frecuentes con este fin y las irá anunciando en su twitter y en su página web, pero mientras tanto el reto está allí, al alcance de los más aventureros.

Miradas en el Avila, un sueño construido en las alturas

Miradas” / Foto: Geczain Tovar Andueza
Posada Miradas en el Cielo
Fuente: http://www.analitica.com/emprendimiento-2/miradas-en-el-avila-un-sueno-construido-en-las-alturas/ 27 sept 2015
Ideas, sueños, miradas. Quienes visitan la posada “Miradas en el Ávila” se encuentran con dos ambientes: el del mar varguense y el del imponente Warairarepano. Pero no es eso lo que la hace merecedora de su nombre.
Una fotografía tomada por Geczain Tovar Andueza capturó las miradas de dos niños asustados que caminaban por Galipán y lo hizo merecedor del galardón “Luces de América”, otorgado por la National Geographic en español, el primer venezolano en ganar ese reconocimiento. Años después, el 9 de diciembre de 2006, esos dos mismos niños -los hermanos Johan y Hernán Tovar- crearon un proyecto que incluía la construcción de un restaurante y una posada que bautizaron con el mismo nombre de la fotografía que dio la vuelta al mundo.
Hernán Toro, director de la posada, explicó de qué manera una familia oriunda de Galipán creó un emprendimiento desde sus cimientos para presentar alternativas que atrajeran al turismo al “pulmón vegetal” caraqueño.